19 Mar Virus del Papiloma Humano (VPH) – Parte 2
Tras explicar en la primera parte del artículo de qué se trata el Virus del Papiloma Humano (VPH) y cómo se produce el contagio, en esta segunda parte vamos a hablar sobre las citologías y la prevención.
¿Qué es una citología y para qué sirve?
La citología es una parte fundamental de la revisión ginecológica que las mujeres se deben hacer periódicamente. Es una prueba que consiste en coger una pequeña muestra de las células del cuello del útero, se esparce en un cristal que luego se envía a un laboratorio de anatomía patológica, para analizarlo bajo el microscopio. Ellos nos informan si se trata de unas células normales en cuyo caso se califica de citología negativa, o si en cambio encuentran alguna célula anómala en cuyo caso se clasifica según el grado de la lesión. Es una prueba un poquito molesta pero en ningún caso dolorosa. Cuanto más relajada y cómoda se sienta la paciente menos molestias notará. En la consulta siempre se procura poner todo de nuestra parte para que las pacientes sientan el mayor confort posible. Y una mujer que se haga revisiones ginecológicas anuales con sus citologías tiene muy pocas posibilidades de desarrollar un cáncer de cuello de útero.
¿Con la citología se puede prevenir un cáncer de cuello de útero?
La práctica regular de citologías nos permite evitar la inmensa mayoría de casos de cáncer de cuello. Y eso es debido a que mediante la citología podemos descubrir anomalías en las células del cuello en sus fases más iniciales y tratarlas antes de que las lesiones sigan progresando hasta un cáncer.
Cuando se lo explico a las pacientes me gusta tranquilizarlas poniendo el ejemplo de una escalera por la cual se va subiendo de forma muy paulatina lo largo de mucho tiempo. El progreso es muy lento desde el escalón más bajo que son las células atípicas que luego van progresando y subiendo escalones…lesiones de bajo grado, lesiones de alto grado, carcinoma in situ y finalmente hasta el escalón más alto que es el cáncer invasor. Y afortunadamente el cáncer de cuello tiene una progresión o historia natural que llamamos muy lenta, desde la infección por el VPH hasta la aparición de un cáncer pueden pasar muchos años. De ahí, nuestra insistencia en la importancia de las revisiones ginecológicas. Nos sirven para detectar y actuar a tiempo.
En la Seguridad Social existe un programa de Detección Precoz del Cáncer de Cuello y es un programa de cribado llevado a cabo en Atención Primaria, es decir por los médicos de familia de los centros de salud. En general funciona bien, porque ayuda a prevenir muchos casos de cáncer, pero no ha llegado a ser todo lo eficaz que nos gustaría. Los programas de cribado ideales son los que llegan a toda la población, los llamados poblacionales. Y actualmente, salvo en dos comunidades españolas, Castilla y León y La Rioja, en el resto de España y en Andalucía en concreto los programas son oportunistas. La captación oportunista significa que la citología se le practica a la mujer que acude a su Centro de Salud solicitando la prueba. La mujer que no sepa de la existencia del programa o no esté concienciada de la importancia de las citologías periódicas se queda sin ella. Sí que podemos afirmar que gracias a los programas de cribado en los países desarrollados se ha conseguido disminuir mucho la incidencia y que actualmente el cáncer de cuello es uno de los canceres más frecuentes y mortales en las mujeres en los países en vías de desarrollo, donde no existen los programas de cribado.
¿Qué se debe hacer en el caso de una citología alterada?
Una vez descubierta una lesión en una citología hay que hacer más pruebas específicas. Normalmente se realiza un test de VPH para ver qué tipo de virus está detrás de la lesión y se suele hacer una prueba llamada colposcopia. Esta sirve para orientar al ginecólogo en la toma de una biopsia y asegurar más el diagnóstico de la lesión. En función de esos resultados se hará un seguimiento o se propondrá una pequeña intervención llamada conización, para eliminar mediante cirugía la parte del cuello afecta por la lesión. Esta se hace generalmente con anestesia local y suele tener una recuperación rápida. Después de la intervención se tiene un seguimiento más estrecho para comprobar que las citologías posteriores siguen siendo negativas. Para ayudar al cuerpo a eliminar la infección por los VPH también solemos recomendar llevar un estilo de vida saludable con dieta rica en frutas, verduras, antioxidantes, evitar el estrés, hacer ejercicio regular y por supuesto abandonar el tabaco y usar preservativo.
¿Qué más se puede hacer para prevenir el cáncer de cuello y las verrugas?
Existen en el mercado vacunas que se han comercializado hace varios años y han demostrado su eficacia frente al Virus del Papiloma Humano. Las vacunas protegen frente a los serotipos 16 y 18 que son responsables del 70% de los canceres de cuello. Además una de ellas también protege frente a los serotipos 6 y 11 que son los que causan la mayoría de las verrugas genitales. Próximamente se comercializará una nueva vacuna que protege frente a nueve serotipos de virus.
Las vacunas frente al VPH están incluidas en el calendario vacunal, para las niñas de 14 años, ya que lo ideal es vacunarse antes del primer contacto sexual. Aquí también en la mayoría de comunidades la captación de candidatas a vacunarse es oportunista, es decir se vacuna solamente a la niña cuyos padres acudan al centro de salud a solicitarlo. Se está valorando hacer una vacunación poblacional y también incluir a los varones en el calendario, no solo a las niñas, porque está más que demostrado que aunque las mujeres son las que más riesgo tienen de padecer cáncer, los hombres no están exentos y además son vehículos de transmisión. También ha demostrado su eficacia la vacuna en mujeres ya sexualmente activas y de mayor edad hasta los 45 años y por lo tanto es muy recomendable. La vacuna consta de tres dosis y se puede comprar en la farmacia libremente.
A modo de resumen decir que seamos conscientes de la existencia de los Virus del Papiloma Humano, aunque no los veamos están ahí y son mucho más frecuentes de lo que creemos. Actualmente son una verdadera epidemia y nadie está exento del contagio. Recordemos que simplemente llevando una vida sexual sana, responsable y con el uso sistemático del preservativo podemos protegernos casi siempre del contagio. Recordemos también la importancia de las revisiones ginecológicas periódicas y que ante cualquier lesión o sospecha de verruga consultemos a nuestro médico.